miércoles, 26 de noviembre de 2008

La Opinión Pública

¿Qué se entiende por opinión pública?

De acuerdo con González Ibarra (2006) no podemos definir a la opinión pública de manera sencilla. Debemos, al menos, distinguir dos sentidos diferentes pero complementarios de lo que la opinión pública representa.

Por un lado, en su acepción objetual, la opinión pública puede entenderse como ese juicio o punto de vista que se hace público a través de algún medio de comunicación de masas y que expresa el sentir y el interés de un sector de la sociedad, ya sea que se trate de un grupo de poder político o económico o de alguna fracción más atomizada dentro de la sociedad. En este sentido, la opinión pública refleja ambos elementos: expresa el sentir de un sector de la sociedad, su diagnóstico acerca de una cuestión sustantiva que, a su juicio, requiere ser atendida por el público; pero también expresa los intereses que se pueden adjudicar al sector que publicita esta opinión. En este sentido, la opinión pública representa un “barómetro” donde se tematizan las problemáticas o asuntos que atañen al ámbito de lo público, al menos desde la perspectiva de determinados actores sociales.

Cabe señalar otro elemento que es indispensable considerar al tratar a la opinión publica como objeto: la acción o la disposición a la movilización que acompaña a la enunciación de la opinión que se hace pública. Quien emite una opinión acerca de algún tema y lo coloca en la agenda pública (sea para lograr un interés individual, grupal o social), al hacerlo pone de manifiesto con esta enunciación cierta intencionalidad que pretende generar en la sociedad un marco de interpretación tendiente a la movilización de los recursos económicos, políticos y sociales en el sentido que detenta la propia enunciación. De esta suerte, no podemos aislar a la opinión pública del nivel pragmático de la propia anunciación: al opinar sobre un acontecimiento, sobre alguna decisión gubernamental, sobre algún problema social, quién emite dicho juicio espera generar una disposición para la acción que se orienta por el sentido de la opinión vertida.

También podemos definir a la opinión pública desde el punto de vista disciplinar entendiéndola como un estudio riguroso que aspira a medir los fenómenos de opinión pública arriba mencionados. En este sentido, la opinión pública estudia esas opiniones, esos juicios publicitados en el ámbito de público así como la forma como se emiten dichos juicios y sus posibles consecuencias para los actores involucrados en el proceso. De aquí que el estudio de opinión pública se divida en áreas de estudio como lo son el análisis de contenido, los estudios de propaganda, el estudio de la conducta político-social, el estudio de las formas de liderazgo y la medición de las consecuencias de la comunicación política.

Comunicación política y la opinión pública

La semejanza entre la comunicación política y la opinión pública estriba en que ambas expresan un punto de vista que se hace público a través de algún medio de comunicación acerca de algún tema que se desea colocar en la agenda pública a fin de generar consensos favorables a dicha opinión e incluso movilizar recursos en el sentido de la misma. De aquí la segunda semejanza: tanto la comunicación política como la opinión pública no son formas de enunciación “inocentes” puesto que obedecen a un esquema de racionalidad de acuerdo con el cual se considera la publicitación de la opinión como un medio para alcanzar un fin determinado. La diferencia de la comunicación política con respecto a la opinión pública en este punto es que el actor social que produce la enunciación se encuentra identificado perteneciendo al ámbito político sea como gobierno o como oposición. De aquí que mientras la opinión pública puede reflejar el punto de vista y los intereses de sectores altamente diferenciados dentro de la sociedad, la comunicación política refleja siempre los intereses de una minoría vinculada directamente al poder político o a la búsqueda de ese poder.

Los elementos involucrados en la formación de la opinión pública pueden ubicarse dentro de diferentes niveles y ámbitos de realidad. Desde un punto de vista estrictamente social se encuentran involucrados dentro de la opinión pública los actores políticos, económicos y los medios de masas, así como los representantes la llamada sociedad civil. En este sentido, en la formación de la opinión pública intervienen agentes sociales tanto del ámbito público como del privado. Cada uno de estos agentes sociales define su estrategia comunicativa de acuerdo con su propia agenda de temas e intereses. De aquí que en todo fenómeno de opinión pública se entrelazan los dos lados de la dicotomía Estado - Sociedad Civil: por un lado los actores políticos y las instituciones del Estado y por el otro los medios de masas, las organizaciones no gubernamentales, los grupos empresariales, los intelectuales e incluso la familia.

Dos modelos que se aplican para el análisis de la opinión pública

Uno de los modelos de comunicación más socorridos dentro del estudio de la opinión pública es la llamada “fórmula” de Lasswell. El sociólogo norteamericano propone cinco dimensiones que a su juicio abarcan los diferentes elementos del fenómeno de la propaganda: la fuente productora de la propaganda, el mensaje propagandístico, el soporte técnico que lo transporta, la audiencia a la que va dirigido el mensaje y los efectos que la propaganda genera en esa audiencia. A partir de estas dimensiones se pueden generar estudios de comunicación masiva y por ende estudios de opinión pública donde se abarquen de manera simultánea o específica cada uno de los cinco elementos involucrados: 1) se puede hacer análisis de los actores sociales individuales y colectivos que publican sus opiniones obedeciendo a determinados propósitos; 2) se puede hacer el análisis del contenido mediático, esto es, de las opiniones vertidas a la sociedad por los agentes mencionados; 3) se pueden analizar los medios masivos que actúan como soporte a las opiniones que se publican así como de los propios intereses que se pueden atribuir a los medios; 4) análisis de la audiencia o los públicos a los que va dirigida la opinión vertida; y 5) el análisis de las consecuencias que tiene la opinión vertida dentro de una determinada configuración de fuerzas sociales, políticas y económicas.

Otro modelo adecuado para el estudio de cómo se conforma la opinión pública es la llamada agenda “setting”. De acuerdo con este modelo, existe una relación dinámica entre la agenda política, por un lado, la agenda de los medios de masas y la agenda pública. La determinación de los temas que son objeto de opinión pública pueden tener su origen en cualquiera de estas agendas y transitar a través de las otras en cualquier sentido. De esta forma, un tema originalmente planteado como parte de la agenda política (sea el caso el de una reforma económica que debe ser promovida por el Estado) puede al enunciarse por ciertos actores políticos estratégicos formar parte de la agenda que los propios medios de comunicación generan para sí de acuerdo a lo que consideran objeto de contenido noticioso. Una vez que los medios han, a su vez, incluido en su agenda el tema “propuesto” por la política, ésta publicación a nivel masivo podrá, en un momento dado, considerarse como relevante para el gran público (por medio de los líderes de opinión presentes en la sociedad) y ser incluido en la propia agenda pública como un tema que requiere su tratamiento y resolución. Sin embargo, este no es el único camino a seguir pues el tema puede surgir a su vez de un interés eminentemente mediático (sea el caso de un programa que genera controversia y así es publicitado por los medios de masas), hacerse merecedor de ser incluido en la agenda pública y, finalmente, llamar la atención al poder político. El juego de los intereses y las lecturas que se dan entre los elementos participantes determinará qué es digno de ser problematizado a nivel público y qué no.

Líneas de investigación en el estudio de la opinión pública

Reconocemos al menos seis líneas de investigación dentro de la opinión pública:

a) los estudios de opinión pública que se ocupan de la medición de las actitudes relativas a los asuntos que la ciudadanía considera importantes. Estos estudios se valen de instrumentos de medición cuantitativos como son los sondeos, las encuestas y análisis de medios así como las entrevistas dirigidas en este sentido.

b) El análisis de contenido informativo en el que se mide la frecuencia, redundancia y forma de abordaje periodístico en el que un tema o acontecimiento es tratado por algún medio de comunicación o actor político.

c) La propaganda política o el estudio acerca de cómo se logra convencer a la ciudadanía sobre los beneficios que trae consigo una determinada ideología. En palabras de Lasswell, se trata de ver cómo se logra generalizar en la sociedad una tendencia favorable a un programa de gobierno a fin de producir la adhesión de las masas. El recurso utilizado para lograr este fin son los medios de comunicación masiva.

d) Las investigaciones sobre la conducta político-social de los ciudadanos. Estos estudios tratan de indagar cómo se comporta políticamente una población, cuáles son sus valores, actitudes y acciones dentro del ámbito de la vida política.

e) Los estudios sobre liderazgo y grupos de poder. Uno de los fenómenos más importantes dentro del estudio de la opinión pública es el liderazgo. Operan dentro de la sociedad determinados líderes de opinión que reflejan y a la vez influyen la forma en que los diferentes sectores de la sociedad visualizan un acontecimiento. El líder es por ello un factor de movilización social determinante y por ende los estudios de la opinión pública se centran en él ya sea que se trate de un líder personal o un grupo que ostenta liderazgo social.

f) Estudio de los efectos de la comunicación política. La comunicación política no es una simple expresión del parecer de algún sector o actor dentro de la clase política de un país, por el contrario, la comunicación política refleja el estilo nacional que poseen los políticos para lograr determinados fines utilizando como medio a la comunicación. Por ello, es importante para este tipo de estudios identificar las consecuencias políticas y sociales en general de las enunciaciones realizadas por el sistema político.

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